Entre la calle Romo, el Pozo Viejo y la calle Juan Torrico

Una tarde de principios de verano. De hace muchos años. Las mujeres mayores iban, muchas, vestidas de negro, los niños con pantalones cortos, las niñas con vestidos de tirantes y la gente estaba en la calle con los viejos hablando en las plazas. Chavales jugando en las puertas de las casas y los vecinos arreglando un mundo carente de muchas cosas pero más verdadero en otras. Las calles no estaban tan bien asfaltadas como hoy.

La vida era diferente. El mundo de la fotografía antigua no existe. A pesar de que el pueblo sigue siendo el mismo y las calles también. Las cosas y las gentes del pasado suelen perder el rostro en las fotografías. Son fragmentos de tiempo arrancados a conciencia del olvido. Son como un latón oxidado.

La calle Romo llamada siempre ‘Cuesta Romo’, la calle Juan Torrico, la Casa de la Viga y el Pozo Viejo es lo que se ve en la fotografía. Con ese empedrado de antes y esas fachadas de piedra encaladas. El aroma de las calles de entonces. Cambió mucho todo. Yo viví en mi infancia en la calle Romo. Por eso he elegido esta foto que colgó José María Cantero. Iba a una guardería enfrente de la Casa de la Viga. Nos sentábamos en cuclillas en una alfombra de hilo. Solo había unas cuantas sillas que ocupaban los más grandes. Nos juntábamos niños de todas las edades. Eran esos tiempos infantiles en los que los niños creíamos que el mundo eran solo unas calles y las casas en las que vivíamos. Pero no acababa ahí. Todavía no habíamos descubierto lo que vendría después. No sabíamos que una vez que se sale de este mundo, no se puede volver a él.

Cada vez que vemos una foto del pasado se nos mueve el alma. No por lo que quede de entonces sino por lo que se fue. Es como si encontraras lo perdido con la mirada. En la foto vemos como la luz de la tarde abraza las calles y la gente disfruta del aire dulcificado, charlando (posiblemente con cotilleos) en las puertas de las casas con gente que va para arriba y para abajo. Las calles eran un museo de curiosidades, de vida, de secretos que se fueron. Palabras y miradas en un día de otra época. No sé muy bien de qué año. Uno cualquiera. Fue hace mucho tiempo. El que sabe cómo mirar esta foto sabe de lo que hablo.

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Comentarios

Una respuesta a «Entre la calle Romo, el Pozo Viejo y la calle Juan Torrico»

  1. Anónimo

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