Pozoblanco. La Avenida la Estación. Otra época. Subiendo a San Gregorio. ¿Quién parará la lluvia? Paseo en bicicleta con cesta trasera llena de bolsas de plástico, botas para el agua y de fondo un paisaje. El de otro tiempo. La lluvia cayendo y mojando la carretera, empapando las aceras de adoquines cuadrados, cayendo en las paredes de piedra y en las cercas sin construir. Posiblemente con un relámpago que sucedió en silencio o al menos no se fotografió. Como si nada hubiera existido.
Mirar esta fotografía que colgó José María Cantero es mojarse del olor suave del tiempo. El olor de la tierra y la hierba mojada. El aire permanece fresco aunque hayan pasado los años y ya nada esté como antes. Ni el pueblo ni nosotros mismos. Mientras tanto, la bicicleta abriéndose paso con capote y gorra. Como diría Labordeta: «esos paisajes que ya no existen, los que rompió la vida, la lluvia y la ventolera de nuestra dura derrota (la del paso del tiempo)».
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