


¿Has comido pan con chocolate en la calle? ¿Tulipán con azúcar? Te acuerdas de esas meriendas con el balón, con la bici, jugando al bote-bote y siempre en la calle. Éramos felices y no lo sabíamos. Nos llamaban nuestras madres por la ventana. La calle era entonces un sitio tranquilo y una aventura constante. No teníamos móviles y vivíamos conectados.
Deja una respuesta